sábado, 7 de mayo de 2011

Peinando el viento.








Observando este singular molino de viento en uno de los múltiples jardines de que disfrutamos en Madrid, mi imaginación me traslada a la lejana américa del norte; más en concreto, a la denominada zona del corredor de los tornados, que abarca los extensísimos estados de Texas, Oklahoma, Nebraska o Colorado entre otros.

¿A quién cuando ve algo así, no le viene a la cabeza un típico paisaje norteamericano, en la que aparece un inmenso rancho en las extensas llanuras, llenos de reses pastando y coronado en lo alto por uno de estos colosos del viento apuntando al cielo?

Pues a mí, aparte de eso, esta fotografía me recuerda a esas imágenes en las que se está preparando una gran tormenta, y que por más que las vea y las vuelva a ver otra vez, siempre me dejan admirado por su fuerza y su belleza.

Intimida su grandiosidad cuando lo observas desde sus propios pies, teniendo que hacer un giro brusco del cuello para poder abarcar con la vista todo el molino hasta el último de sus viejos y oxidados tornillos.

Por no hablar también del hipnótico sonido y envolvente melodía que el viento provoca cuando es cortado por la vuelta de cada una de sus finas y retorcidas aspas.

Todo esto gracias a la imaginación.

Esa que nos ayuda a representar en nuestra mente las imágenes reales o ideales de las cosas.
Esa también, que aun siendo hoy en día una de las pocas cosas que nos queda de la que podemos disfrutar sin que nos cobren una tarifa plana por ello, está en bastante desuso por desgracia.
Y en mi caso, la que me permite ubicarme en un lugar y en un momento en el tiempo, en el que lo más problable, no pueda encontrarme jamás.

                                                                                                                        

6 comentarios :

  1. Como ya te dije muy bonita la foto, el efecto hdr al final te a quedado bordado.

    Me encantan ese tipo de molinos, a mi me hace recordar las peliculas de western (no se si se escribe asi jeje), te puedes imaginar debajo de él, ese rancho con sus vaqueros y caballos.

    Muy bonita si señor

    un abrazo y sigue asi!!!

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  2. Gracias mil a ti Fer por tus consejos sobre los acabados y por aguantarme como sólo tu sabes con lo pesado que soy ;o)

    Eso me gusta, imaginación al poder.

    Me encanta que con una simple imagen se pueda dar rienda sulta a la imaginación.
    Me sirve de mucha ayuda el que compartáis conmigo vuestras opiniones y puntos de vista.

    Un abrazo y gracias otra vez por tu aporte.

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  3. no hay nada que agradecer, la imaginación la pones tú, yo solo guío un poco tus pasos en el programa, pero como te digo, la semilla la pones tú.

    un abrazo

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  4. Era tan pequeño que para cogerme de la mano de mi padre mientras caminaba por El Rastro mi mano iba más alta que mi propia cabeza. Otros tiempos en los que los puestos eran más chamarilerías donde se exponían productos que sobraban en el desván que sucursales de tiendas que los festivos trasladan sus productos a la Rivera de los Curtidores y el regateo en los precios se imponía como condición antes de la adquisición de cualquier cosa.

    - Baraaaaata, vendo la jaula barata -, gritaba aquel señor entrañable e inconfundible, casi anciano, en la esquina de ‘la calle de los animales’.

    Mis ojos absorbían sin pestañear todo lo que había a mi alrededor, como una esponja que cae al océano: Una plancha antigua, un coche de latón, una linterna con pila de petaca, una espada de madera, una pelota de goma que la lanzas contra el suelo y bota hasta el cielo…; ese señor vende ‘paludú’, aquella señora manzanas asadas y aquella otra algodón de azucar o trozos de coco…; piezas sueltas del Exin Castillos, la estrella de un cheriff, trocitos de lata que los aprietas y dicen suena como una rana, peonzas, aros…

    De repente mis ojos se detienen en un objeto y con mis ojos también se detiene todo mi cuerpo, mi mano y, por supuesto, mi padre. El índice de mi mano izquierda sale como un resorte señalando.

    - Papá, papá; ¿qué es eso?, yo lo quiero, ¿me lo puedes comprar?

    Mi padre sigue la dirección que señala el dedo y sonríe. Habla con el tendero, regatea un poco y…, SÍ…, LO CONSIGUE…, ¡¡ES MI HÉROE!!

    Desde ese momento mis ojos no pararon de fijarse en el objeto que pasó del puesto a la mano del tendero, a la de mi padre y a la mía propia; todo lo demás dio igual, ya podía cruzarse conmigo el mismísimo Fofó en persona y gritarme aquello de ‘¡¿Cómo están ustedeees’?! que no le iba a hacer ni caso, yo era el niño más feliz del mundo porque en mi mano tenía cogido un palo que llevaba en el otro extremo enganchado dando vueltas un molinillo de papel.

    El mundo cambiará pero mi mente y mi corazón no.

    Gracias y muchísima salud…!!!

    Sebas.

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  5. A-LU-CI-NAN-TE!!!

    Me acabas de hacer sentir como propia tu alegría y emoción al leerte.
    Es más, diría que hasta he podido correr junto a tí la Rivera de Curtidores calle abajo hasta la Ronda de Toledo, provocando así infinitas vueltas de tu pequeño gran tesoro. Siempre eso si, bajo la atenta y felíz mirada de tu padre satisfecho por ver el entusiasmo de su hijo.

    Esta misma mañana ibamos comentando en el coche mi compi y yo precisamente eso; que hace no mucho tiempo nos entreteníamos con las cosas más inverosímiles y sencillas que nos podamos imaginar, pasando horas y horas enfrascados con nuestros juguetes o amigos, y una gran dosis de imaginación.

    Gracias Sebas por empaparme como siempre de tanta ternura y sabiduría.

    Un abrazo.

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  6. Sabiduría poca, ternura a cascoporro.

    Y gracias a ti por despertarnos tantas emociones.

    Muchísima salud...!!!

    Sebas.

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