miércoles, 17 de agosto de 2011

Tormenta de verano.






Me acuerdo perfectamente de la tarde de un caluroso día de verano, cuando jugando con mis amigos en la calle, empezó a formarse una gran tormenta eléctrica.

La explicación ese mismo día del señor Alejandro, del por qué de la tormenta, se me quedó grabada a fuego en mi tierna memoria.

Poco después fue cuando en el colegio nos explicaban que una tormenta era un fenómeno atmosférico que básicamente consistía en el choque de dos o más masas de aire que convergen a distinta temperatura.

Pues para mi, como en la mayoría de casos, la teoría se me queda escasa a la hora de contemplar una tormenta de verano.




Comienza el día con un calor exagerado desde primera hora de la mañana; como si nos respetase la hora de la siesta, las nubes se van acumulando justo después de comer; a primera hora de la tarde, el viento comienza a hacer de las suya azotando sin piedad las copas de los árboles, los toldos que aun quedan bajados y termina de secar la ropa que aun está tendida; el primer relámpago.




Cuento, como me enseñaron mis padres de pequeño en el Soto, los segundos que pasan hasta que al fin oigo el trueno. Aun está lejos.

Ese viento que empezaba a soplar con fuerza un rato antes, se encarga de traer hasta mi nariz, el olor húmedo de la tierra mojada por la lluvia que se aproxima.

No he terminado de soltar de mi nariz el aire húmedo inhalado, cuando otro rayo raja las nubes como si de un bisturí eléctrico y desenfrenado se tratase.

No me ha dado tiempo nada mas que a contar tres segundos.

Ahora si, la tormenta está muy próxima.



Llevo un buen rato encaramado en la terraza de mi octavo piso, un lugar ideal para admirar esta maravilla de la naturaleza. Junto con mi imprescindible trípode, y acompañado por la impaciencia que me crea el captar el momento preciso en el que haga acto de presencia el relámpago, todo forma un cúmulo de adrenalina que azota cada uno de mis sentidos.

Un estallido seco sin previo aviso, que va acompañado de un cielo totalmente iluminado, me dice sin miramientos, que la tormenta está sobre mi.

Las gotas frías a causa de la diferencia de temperatura que caen horizontalmente por culpa del viento, me obligan a meterme rápido en casa para poner a salvo mi equipo.




Cada vez son más los segundos que distan el relámpago del trueno, señal de que la tormenta se va alejando lentamente.

Intento salir porque siento la necesidad de hacer más fotos, pero la fina y continua lluvia me impide seguir con mi cometido.

No me queda más que esperar a que cese la lluvia, y a que este mismo verano, me brinde la posibilidad de volver a contemplar y fotografiar uno de los fenómenos de la naturaleza más espectaculares que existen.



5 comentarios :

  1. 'Im-prezionante'..., color, textura, lo que transmiten.

    Algunas parecen totalmente de Encuentros en la Tercera Fase.

    Hay a quienes no les gustan las tormentas, a mi me atráen como un imán al hierro; por mucho que me quieran hacer entender el por qué, no me lo explico, me parerecen alucinantes.

    Tu entrada me ha hecho recordar -->ÉSTO<-- que seguro la mayoría conocéis, pero es que me parece increíble; subid el volumen a tope (lo jode un poco los aplausos del público, pero supongo que yo también hubiese aplaudido).

    Abrazos y muchísima salud...!!!

    Sebas.

    PD: Franz Rerdinand deben llevar dos días borrachos de celebraciones ;-)

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  2. Me ha encantado esta entrada,xq has cogido los momentos exactos d la fase d la tormenta y las fotos estan geniales.un beso y sigue asi.

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  3. Hola a los dos!!!

    Lo primero es lo primero, y como siempre, antes de nada os doy las gracias por asomaros como siempre por aquí.

    Como veo, no soy el único al que le atraen las tormentas de una manera sobrenatural (nunca mejor dicho).

    El ritual de preparación de la tormenta me parece algo impresionante, una pequeña muestra de la fuerza que encierra la madre naturaleza. La manera que tiene de descargar el cielo su rabia en forma de rayos y centellas, me parece algo sobrecogedor y como tal, digno de ser inmortalizado el preciso instante.

    La verdad es que hay que armarse de mucha paciencia para poder captar el momento exacto del relámpago (y después de borrar muchas fotos en las que no aparece nada como os podréis imaginar). Pero esa insistencia al final da sus frutos. Unas imágenes impresionantes.

    Me parto con el video del coro haciendo el sonido de una tormenta. Es genial y me uno al aplauso masivo.

    Un fuerte abrazo a los dos, y hasta muy pronto.
    ;o)

    P.D.: El señor Kapranos me llamó para que aguantase un día más la fecha del cumple del señor Hardy porque las celebraciones se iban a alargar... ;o)

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  4. impresionante!!!! has conseguido captar el momento exacto, el color, la luz, hasta se puede sentir, Odin en todo su explendor!!!

    como ya he leido, te ha costado su tiempo, pero ha tenido su recompensa.

    Unas fotos increibles, enhorabuena!!!
    un abrazo y no pares!!!

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  5. Paciencia amigo, paciencia. Esa que no tengo y en muchísimas ocasiones no me acompaña (por mi culpa, está claro).
    Pero como has podido leer y ver, al final con paciencia, un trípode, una exposición adecuada y el autodisparador a 2 segundos (todavía no tengo mando a distancia, jejejeje), he conseguido captar unas de las fotografías que voy a guardar con un gran cariño por su fuerza y por su belleza.


    Mil gracias como siempre Fer, y un abrazo enorme para ti también!!!

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