Rescatadas del olvido.

El pasado 28 de marzo gracias a la oportuna llamada de mi querido amigo Sebas, tuve la suerte de ver como sacaban del Museo del Ferrocarril de Madrid un par de locomotoras (141-F-2316 y 241-F-2238) y un automotor (590-304 (ex 9304)) para su restauración.

Especial cariño y atracción siento hacia este lugar ya que fue uno de los primeros que protagonizó una entrada en un mar de lugares.... recuerdo perfectamente verlas en un anden cerrado que hay en la parte posterior de la entrada al Museo.

Fue llegando a las inmediaciones del Parque de Delicias, cuando al divisar las dos imponentes gruas me di cuenta de que allí estaba ocurriendo algo grandioso y fuera de lo habitual.

Acordonadas varias entradas al Parque por motivos de seguridad claro está, el asombro de los que por allí andábamos era mayúsculo ante lo que aquellas esbeltas pero consistentes gruas estaban moviendo con sumo cuidado gracias a la pericia de los operarios.

Mis ojos desde el primer momento experimentaron una extraña percepción de los colores, como si esas viejas locomotoras y vagones que llevaban décadas de olvido, polvo y óxido acumuluado, se mostrasen ante mi como en esas maravillosas fotos antiguas en blanco y negro, manteniendo a su alrededor los colores vivos de ese soleado y limpio día del que disfrutaba la ciudad. 

El silencio que reinaba en los mucho curiosos que por allí merodeábamos armados de cámaras de fotos en mano y móviles para inmortalizar el inolvidable momento, solamente se veía quebrado por el movimeto de las gruas y por el inconfundible sonido de esas ruedas a las que tanato costaba volver a girar por el cardenillo acumulado en sus ejes.

Ahora sólo me queda esperar a que estas auténticas joyas vuelvan a brillar con luz propia en el lugar que se merecen dentro del Museo del Ferrocarril tras su restauración, y así poder fotografiarlas tal y como eran en sus inicios con todo su esplendor.

Gracias, Sebas!!!