Campamento de recuerdos.

Me acuerdo perfectamente como si fuera ayer cuando todos los sábados por la mañana nos marchábamos en el Seat 127 mis padres, mi hermana y yo al retiro de fin de semana cerca de Escalona. Era muy típico de la década de los 80, y por aquel entonces no existía la M-40 ni el sin fin de carreteras de circunvalación de que hoy en día disponemos para poder enlazar con las autovías y así escapar de la ciudad, por lo que desde Carabanchel Alto teníamos que recorrernos toda la avenida de la Aviación hasta dar con la carretera de Extremadura. Era justo al llegar casi al final del acuartelamineto de Cuatro Vientos cuando ya se veían los largos muros blancos impolutos de los cuarteles de Campamento.
Recuerdo también el ir y venir de chavales en edad de realizar el servicio militar llenando las paradas de autobús, hoy en día huérfanas de quintos, para ir a sus casas y así disfrutar de su ansiado permiso de fin de semana. 

Todo este abandono que se ve hoy en día empezó a raíz de la Operación Campamento, y fue entonces cuando se convirtió en uno de los lugares más visitados y decorados de la zona suroeste de la capital por los graffiteros. Sus largos muros abandonados se convirtieron en poco tiempo en un referente para cualquier artista urbano, siendo estas tapias de ladrillo y cemento el lienzo perfecto para  que todos los graffietros de Madrid dejasen su sello en ellas. 

Paseando estos días por allí, me llegaron al corazón todas esas paradas de autobús vacías de las que antes hablaba. Señales de STOP que daban el alto para el pertinente control de acceso a los cuarteles. Esas puertas cerradas a cal y canto con las oxidadas cadenas y candados. Esos muros demacrados y maquillados por graffitis a punto del desplome. Esas ventanas tapiadas para intentar encerrar dentro de ellas todo lo allí vivido... Espera...!!! Me ha parecido ver pasar un Seat 127 dirección a Extremadura...

Un poquito de historia reciente:
Corría el año 2005 cuando los entonces ministros de defensa José Bono, de Vivienda María Antonia Trujillo, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, firmaron un convenio para la creación en dicha zona de cuarteles en desuso algo más de 22.000 viviendas.
Pero es en octubre del año pasado cuando después de muchos años de especulaciones y trabas el tribunal supremo decide desestimar dicha operación urbanística.